Reservas no Convencionales · La Situación Actual

Ene 28, 2019

Julio Walter Poquioma

 

Es una realidad que la disponibilidad de recursos combinados con ciencia y tecnología forman las bases del desarrollo de una nación; la ciencia y la tecnología fomentan la innovación, y esta a su vez permite enfrentar los retos y solución de problemas de una sociedad en continua evolución y cambio.

Alrededor del mundo, la búsqueda de recursos se centra en hidrocarburos convencionales. La realidad es que cerca del 70% de las reservas actuales del planeta son hidrocarburos no convencionales, los cuales requieren de un mayor y más profundo uso de tecnologías que permitan el aumento del factor de recobro, asegurando criterios de confiabilidad y seguridad en el ambiente.

En el caso venezolano, la historia no es distinta. A pesar de que los esfuerzos exploratorios se concentran en crudos de mayor valor comercial, como lo son los condensados, livianos y medianos, se han concretado incorporaciones de no convencionales, como lo son los crudos pesados y los extra pesados.

En la actualidad se presenta la oportunidad de transformar recursos en reservas probadas. Existen campos con volúmenes considerables en áreas de reservas probables y posibles, que están cercanas a yacimientos con áreas desarrolladas que están en período de declinación. Es una oportunidad única para consolidar el potencial de las tierras venezolanas.

Según información publicada en los informes de gestión anual (IGA) por la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA); Venezuela posee 302 mil millones de barriles de reservas probadas de crudo. Este hecho convierte a Venezuela en el país con la mayor cantidad de reservas de hidrocarburo líquido, concentradas principalmente en la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO), la cual cuenta con unas reservas probadas y explotables cercanas a 272 mil millones de barriles de crudo pesado y extra pesado, representando el 90% de las reservas del país.

Para la producción de dichas reservas, se debe contar con un plan que incorpore los elementos necesarios para el adecuado gerenciamiento de los recursos de hidrocarburos: inversiones, caracterización de yacimientos, tecnología y personal capacitado. Estos elementos pueden maximizar la recuperación de las reservas localizadas en el subsuelo que no es más que el factor de recobro.

El crudo de los yacimientos de la Faja es un crudo pesado y extra pesado. La viscosidad de estos crudos no permite que sean drenados solo con la energía que ofrece el yacimiento, o es muy difícil, por tal motivo es necesaria la aplicación oportuna de las tecnologías adecuadas según las características de los yacimientos, así como la búsqueda de nuevas tecnologías que permitan la recuperación de estos recursos mitigando otros riesgos, solo así se podrá garantizar la máxima recuperación de los volúmenes para que luego de ser mejorados y/o refinados se puedan comercializar y generar ingresos sostenibles a la Nación.
Muchas empresas que participan en el desarrollo de la FPO disponen de conocimiento tecnológico, que han aplicado en otros campos del mundo. Estas han avanzado en técnicas para la recuperación de las reservas y para el mejoramiento de crudos pesados. Es pertinente aprovechar y establecer procesos de la transferencia de tecnología además de una evaluación de opciones en cuanto al financiamiento de proyectos.

La transferencia tecnológica debe garantizarse a lo largo de toda la cadena de valor, con mayor énfasis en las tecnologías para caracterizar los yacimientos y optimizar el recobro de los recursos del subsuelo, transporte y mejoramiento de crudos.

La tecnología no es posible desarrollarla sin integración de la investigación y la academia en los proyectos de industrialización, esto permitirá asegurar que el conocimiento permanezca en el futuro y que sea garante de mantener los niveles de eficiencia y eficacia de los profesionales que en el tiempo implantarán las soluciones tecnológicas, la industria petrolera debe apalancar sus planes futuros creando y apoyando áreas de investigación en las universidades, y centros de investigación.

Es necesario en época de crisis la evaluación para la optimización de costos sin el divorcio del aspecto tecnológico coadyuvando en el desarrollo de la sociedad y el aprovechamiento de las potencialidades nacionales para producir insumos que permitan el desarrollo y aplicación de la tecnología.