Empresario venezolano, origen y retos
Francisco Arias
Presidente del Capítulo Anzoátegui de la Cámara Petrolera de Venezuela
Ser empresario en Venezuela es una experiencia de innumerables matices, expectativas y metas por alcanzar, en un entorno cada vez más complejo, donde la necesidad de permanecer obliga a tener procesos de adaptación cada vez más frecuentes y quizás, por venir forjados del mejor material, seguimos de pie, aun en circunstancias adversas y esto nos lleva a conocer un poco de nuestras raíces.
Referirse al tema empresarial venezolano, nos lleva a un paseo por el pasado, para entender el origen de nuestros empresarios, que se fue formando a lo largo de muchos años y adaptándose a los cambios que requería el país, entendiendo que, Venezuela fue por mucho tiempo un país agrícola y que luego del inicio de la actividad petrolera al principio del siglo veinte, se dio un gran salto que imponía un cambio de paradigmas y una nueva visión de negocio.
Por tiempo, ocurrió una migración del campo a la ciudad, emprendedores en busca de esa oportunidad de incursionar y atender el floreciente negocio petrolero que, sin dudas, era más rentable que trabajar la tierra. Por supuesto, esto nos llevó a abandonar el agro y convertirnos a un modelo rentista y extractivista que, definitivamente, no fue del todo bueno para el país.
Algo positivo de todo esto, es el hecho de que en una naciente industria petrolera, se requería de talento humano tecnificado, por ello, se tuvo que profesionalizar a una buena parte de los trabajadores entorno a esta, fortaleciendo y ampliando la participación del empresariado en este negocio e incluso, más allá de este, aprovechando la experiencia y aplicándola a otros rubros de la economía venezolana.
Por mucho tiempo, esto nos permitió avanzar y crecer como país, soportando el desarrollo nacional con un tejido empresarial robusto y de linaje, cada uno en su área de influencia y acompañado de políticas gubernamentales y acceso a una amplia cartera bancaria, que incentivaba a la inversión y contribuía con la economía del país.
Hoy, luego de varios años, la realidad es otra y nos enfrentamos a un panorama con mayores desafíos, que van desde una volátil e inestable economía, la fuga de talentos, hasta el transitar de sanciones internacionales que, definitivamente, hacen muy complejo poder funcionar y ser eficientes como empresarios.
Quizás, un tema importante por atender, es el rescate de la cultura de trabajo, que por efecto de la caída en las oportunidades de empleo y por la baja remuneración ofrecida en el mercado, se ha visto muy disminuida, esto definitivamente afecta el buen funcionamiento de cualquier empresa, que hoy debe lidiar con la escasez de personal.
Todo esto, ha sido un duro pero aleccionador aprendizaje, en donde pequeños, medianos y grandes empresarios, de alguna manera, hemos aprendido a trabajar bajo circunstancias adversas, para tratar de mantener a nuestras empresas funcionando, esperando que ocurra un redireccionamiento de políticas económicas e impulso productivo del país.
Más que nunca, se hace necesaria una verdadera unión orgánica del sector empresarial privado venezolano, que permita seguir presentando propuestas viables al ejecutivo nacional, con el firme propósito de crear escenarios favorables y de oportunidades para todos, de ello, dependerá la permanencia o no, de nuestras empresas y por consecuencia, el futuro de nuestro país, entendiendo que la industria y empresa privada, es quien genera la mayor cantidad de puestos de empleo y es motor fundamental de nuestra economía.
La misión es continuar creando espacios de interacción gremial, en donde cada sector identifique el potencial que puede ofrecer, para el desarrollo sustentable de la Nación y poder empujar hacia una economía próspera, de trabajo y de oportunidades para todos.
Venezuela tiene sobradas potencialidades energéticas y humanas, para dar el impulso que se necesita, solo basta que los principales actores, que tienen la responsabilidad de tomar las decisiones entorno a nuestra economía, se pongan de acuerdo y permitan echar adelante a nuestro país.
“Para que exista un verdadero desarrollo nacional y fortalecimiento de nuestra economía, es indispensable la participación del tejido empresarial venezolano, este tiene la experiencia y talento que requiere el país”
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