El desafío se repite

Ene 28, 2019

El año 1914 fue un año de acontecimientos a nivel global. En el continente europeo iniciaba la Primera Guerra Mundial, uno de los conflictos bélicos más trascendentes de la historia universal contemporánea. Europa estaba cundida en el miedo y la incertidumbre. Lejos de eso, en tierras caribeñas, extranjeros y venezolanos estaban ansiosos por iniciar un nuevo capítulo en la historia de este país: el “boom” de la explotación petrolera.

Bajo un sol intenso y penetrante, en un territorio rural que todavía no disponía de agua potable y tenía diversas limitaciones viales, dificultades en las comunicaciones y poco desarrollo en infraestructura; los extranjeros ya instruidos en materia petrolera, junto a los campesinos venezolanos inexpertos pero trabajadores, iniciaron la búsqueda de lo que cambiaría el destino de Venezuela, el petróleo.

El 12 de febrero de ese año en Cerro La Estrella, Mene Grande, iniciaron los primeros esfuerzos por instalar la cabría de perforación que impulsaría a surgir desde las profundidades de la tierra ese “mene” oscuro y viscoso que cambiaría la actividad comercial del país para siempre. Durante el proceso se presentaron diversas dificultades y obstáculos que no evitaron que aquel grupo de hombres siguiera empeñado en alcanzar su propósito. Finalmente, el 25 de julio el pozo produjo los primeros barriles de manera comercial. Unos días después, comenzó la perforación a una profundidad de 135 metros y el Zumaque I inició una producción de unos 250 barriles diarios.

Desde ese momento, se adviene una transformación drástica de un país esencialmente rural. Especialmente en lo económico. Venezuela pasó de ser una nación que subsistía de su producción e importación de café y cacao, a convertirse en un país productor y exportador de petróleo, emergiendo nuevos elementos de trasformación socio política, en especial lo concerniente al tratamiento de la renta petrolera. Poco después seguirían más descubrimientos decididos a impulsar el sector energético del país y a imponer a Venezuela como referencia internacional en materia petrolera.

Para lograr este impulso indetenible del aparato productivo nacional y de la economía, se tuvieron que enfrentar diversos obstáculos en cuanto a la necesidad de establecer las bases de la nueva Economía Política, mucho más compleja, derivada de la naturaleza de explorar y transformar un recurso propiedad de la nación y de todos los venezolanos. Obstáculos como la necesidad de inversión de capital y la incorporación de novedosas tecnologías, fueron superados por el empeño y el esfuerzo conjunto del Estado, los empresarios y los trabajadores.

Hoy frente a los nuevos tiempos y quizás drásticos cambios de rumbo, como indicación inequívoca de un hito por superar, debemos construir la integración del sector con la participación efectiva y oportuna de todos.

Reinaldo Quintero
Presidente de la Cámara Petrolera de Venezuela

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